Cuando nos sentamos a meditar, la postura siempre tiene algo que decirnos de nosotros. En realidad la postura es la meditación. Si estamos erguidos, tiesos, rígidos , significa que estamos tensos, que la posición requiere demasiado esfuerzo. Si nos hundimos, si nos replegamos, significa que estamos pasivos, no hay energía.

Cuando nos sentemos a meditar, recordandonos a nosotros mismos que debemos sentarnos con dignidad, todo nuestro ser estará receptivo. Tomaremos conciencia de que somos seres completamente dignos, merecedores, tremendamente valiosos.
Práctica:
Imagina que tu maestro te dice:
¡ adopta una postura digna !
Intenta sentarte con dignidad durante un minuto.
¿ Como te sientes ?
Pasa a una posición de pie, con dignidad otro minuto.
¿ como está tu cuello, tus hombros, tus pies, tu columna ?
¿ como andarías con dignidad ?
Prúebalo la próxima vez que tengas oportunidad.
Despues cada vez que te sientes para meditar dite a ti mismo:
¡ Soy un ser digno ! ¡Me siento digno !
Lipe
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