sábado, 30 de noviembre de 2013

La ciencia de la compasión.


No te pierdas este interesante programa de Redes, sobre todo para los que pensamos que la meditación pude contribuir a crear personas mas felices y por tanto un mundo radicalmente mejor.
Según el biólogo y monje budista Matthieu Ricard, la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino una forma de ser. Y si es así, ¿no deberían nuestros hijos aprender en el colegio a ser felices? ¿No es acaso lo que desea cualquier madre o padre de hoy en día? Para permitir aflorar la compasión y la naturaleza buena que todo ser humano lleva dentro, la ciencia está descubriendo los beneficios de la meditación. Aprender a meditar puede ayudarnos a convivir con una mente más clara y más hábil a la hora de lidiar con las emociones negativas y fomentar las emociones positivas.


jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuento. Los seis ciegos sabios.

Este cuento hindú es muy ameno y popular en su pais de origen.

Hace más de mil años, en el Valle del Río Brahmanputra, vivían seis hombre ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era de todos el más sabio.

Para demostrar su sabiduría, los sabios explicaban las historias más fantásticas que se les ocurrían y luego decidían de entre ellos quién era el más imaginativo.
Así pues, cada tarde se reunían alrededor de una mesa y mientras el sol se ponía discretamente tras las montañas, y el olor de los espléndidos manjares que les iban a ser servidos empezaba a colarse por debajo de la puerta de la cocina, el primero de los sabios adoptaba una actitud severa y empezaba a relatar la historia que según él, había vivido aquel día. Mientras, los demás le escuchaban entre incrédulos y fascinados, intentando imaginar las escenas que éste les describía con gran detalle.
La historia trataba del modo en que, viéndose libre de ocupaciones aquella mañana, el sabio había decidido salir a dar una paseo por el bosque cercano a la casa, y deleitarse con el cantar de las aves que alegres, silbaban sus delicadas melodías. El sabio contó que, de pronto, en medio de una gran sorpresa, se le había aparecido el Dios Krishna, que sumándose al cantar de los pájaros, tocaba con maestría una bellísima melodía con su flauta. Krishna al recibir los elogios del sabio, había decidido premiarle con la sabiduría que, según él, le situaba por encima de los demás hombres.
Cuando el primero de los sabios acabó su historia, se puso en pie el segundo de los sabios, y poniéndose la mano al pecho, anunció que hablaría del día en que había presenciado él mismo la famosa Ave de Bulbul, con el plumaje rojo que cubre su pecho. Según él, esto ocurrió cuando se hallaba oculto tras un árbol espiando a un tigre que huía despavorido ante un puerco espín malhumorado. La escena era tan cómica que el pecho del pájaro, al contemplarla, estalló de tanto reír, y la sangre había teñido las plumas de su pecho de color carmín.
Para poder estar a la altura de las anteriores historias, el tercer sabio tosía y chasqueaba la lengua como si fuera un lagarto tomando el sol, pegado a la cálida pared de barro de una cabaña. Después de inspirarse de esta forma, el sabio pudo hablar horas y horas de los tiempos de buen rey Vikra Maditya, que había salvado a su hijo de un brahman y tomado como esposa a una bonita pero humilde campesina.
Al acabar, fue el turno del cuarto sabio, después del quinto y finalmente el sexto sabio se sumergió en su relato. De este modo los seis hombres ciegos pasaban las horas más entretenidas y a la vez demostraban su ingenio e inteligencia a los demás.
Sin embargo, llegó el día en que el ambiente de calma se turbó y se volvió enfrentamiento entre los hombres, que no alcanzaban un acuerdo sobre la forma exacta de un elefante. Las posturas eran opuestas y como ninguno de ellos había podido tocarlo nunca, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y de este modo poder salir de dudas.
Tan pronto como los primeros pájaros insinuaron su canto, con el sol aún a medio levantarse, los seis ciegos tomaron al joven Dookiram como guía, y puestos en fila con las manos a los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva más profunda. No habían andado mucho cuando de pronto, al adentrarse en un claro luminoso, vieron a un gran elefante tumbado sobre su costado apaciblemente. Mientras se acercaban el elefante se incorporó, pero enseguida perdió interés y se preparó para degustar su desayuno de frutas que ya había preparado.
Los seis sabios ciegos estaban llenos de alegría, y se felicitaban unos a otros por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema y decidir cuál era la verdadera forma del animal.
El primero de todos, el más decidido, se abalanzó sobre el elefante preso de una gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron que su pie tropezara con una rama en el suelo y chocara de frente con el costado del animal.
-¡Oh, hermanos míos! –Exclamó- yo os digo que el elefante es exactamente como una pared de barro secada al sol.
Llegó el turno del segundo de los ciegos, que avanzó con más precaución, con las manos extendidas ante él, para no asustarlo. En esta posición en seguida tocó dos objetos muy largos y puntiagudos, que se curvaban por encima de su cabeza. Eran los colmillos del elefante.
-¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que la forma de este animal es exactamente como la de una lanza…sin duda, ésta es!
El resto de los sabios no podían evitar burlarse en voz baja, ya que ninguno se acababa de creer los que los otros decían. El tercer ciego empezó a acercarse al elefante por delante, para tocarlo cuidadosamente. El animal ya algo curioso, se giró hacía él y le envolvió la cintura con su trompa. El ciego agarró la trompa del animal y la siguió de arriba a abajo notando su forma alargada y estrecha, y cómo se movía a voluntad.
-Escuchad queridos hermanos, este elefante es más bien como…como una larga serpiente.
Los demás sabios disentían en silencio, ya que en nada se parecía a la forma que ellos habían podido tocar. Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos que le molestaban. El sabio prendió la cola y la resiguió de arriba abajo con las manos, notando cada una de las arrugas y los pelos que la cubrían. El sabio no tuvo dudas y exclamó:
-¡Ya lo tengo! – Dijo el sabio lleno de alegría- Yo os diré cuál es la verdadera forma del elefante. Sin duda es igual a una vieja cuerda.
El quinto de los sabios tomó el relevo y se acercó al elefante pendiente de oír cualquiera de sus movimientos. Al alzar su mano para buscarlo, sus dedos resiguieron la oreja del animal y dándose la vuelta, el quinto sabio gritó a los demás:
-Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano – y cedió su turno al último de los sabios para que lo comprobara por sí mismo.
El sexto sabio era el más viejo de todos, y cuando se encaminó hacia el animal, lo hizo con lentitud, apoyando el peso de su cuerpo sobre un viejo bastón de madera. De tan doblado que estaba por la edad, el sexto ciego pasó por debajo de la barriga del elefante y al buscarlo, agarró con fuerza su gruesa pata.
-¡Hermanos! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera.


Ahora todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera del elefante, y creían que los demás estaban equivocados. Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa.
Otra vez sentados bajo la palmera que les ofrecía sombra y les refrescaba con sus frutos, retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante, seguros de que lo que habían experimentado por ellos mismos era la verdadera forma del elefante.


Seguramente todos los sabios tenían parte de razón, ya que de algún modo todas las formas que habían experimentado eran ciertas, pero sin duda todos a su vez estaban equivocados respecto a la imagen real del elefante. Compartir la experiencia de cada uno en vez de rivalizar les hubiera acercado a la verdadera forma del elefante.

La Realidad que nos presenta el Universo no es abarcable por nuestros pobres sentidos. Solo una mente abierta, receptiva, humilde, puede intuir y disfrutar la belleza del Todo.

martes, 26 de noviembre de 2013

Saludo al Sol con explicación sencilla.

Excelente vídeo de la práctica del saludo al sol, que como ya hemos comentado es una serie excelente para hacerla a diario. Mantiene nuestra flexibilidad, y mediante ejercicios suaves nos prepara para hacer otros mas intensos. Además solo lleva unos minutos, si tenemos poco tiempo esta serie es la que debemos elegir.







domingo, 17 de noviembre de 2013

El mantra cristiano.

En nuestro  sencillo recorrido por los distintos usos de la meditación, vemos que si bien nació en oriente, también de una manera u otra ha empapado o occidente. No solo  las modernas técnicas de

Mindfulness son las responsables, sinó que toda la espiritualidad occidental ha asumido como propias estas técnicas.


la Meditación Cristiana es un viaje, una peregrinación sin itinerario prestablecido, porque es un viaje personal cuyo destino es el propio corazón. En este viaje silencioso renunciamos a las palabras, a los pensamientos, a las fantasías y para esto podemos restringirmos al uso de una sola palabra, el mantra, haciendo de la simplicidad un elemento básico de la meditación.
El mantra es una palabra sanscrita que significa “lo que clarifica la mente”. Aunque es una práctica asociada a la cultura oriental, fue un consejo práctico reiterado por los maestros de la oración cristiana quienes lo resumen en esta simple instrucción: repitan  su mantra, usen una pequeña palabra, una frase corta, y simple.

Laurence Freeman describe el poder del mantra como el de un sendero a través de una selva espesa. Por más estrecha que sea, síguela fielmente y ella te llevara más allá de la selva de la mente al gran espacio abierto del corazón. Cuando veas que te saliste del camino, vuelve a el . El gran don del mantra es ser inmediato: por más tiempo que hayas estado distraído y perdido en la selva de tu mente, nunca estarás más que a un paso del camino, comienza nuevamente a decir el mantra y estarás de regreso a él.

Los cristianos, al tener la riqueza del Evangelio, podemos tomar frases de este que tengan algo que ver con lo que estamos viviendo. Por ejemplo, si estoy en un estado de nerviosismo o de inquietud, sin saber por qué, puedo repetir la frase de Cristo “Yo te doy mi paz, yo te doy mi paz”, y descubrir cómo poco a poco la paz de Cristo va llenando mi interior. Si estoy inseguro y me siento débil, desprotegido, puedo repetir las palabras de Cristo: “Yo estoy contigo hasta el fin del mundo” o simplemente “Yo estoy contigo”. Cuando sienta la vida rutinaria y poco atractiva puedo evocar la frase: “Yo vine para que tengan vida”.

Un bellisimo ejemplo de mantra cristiano, y extremadamente poderoso.


sábado, 16 de noviembre de 2013

El viaje al interior de ti mismo


Mario Alonso Puig es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo. Ha ejercido durante 26 años y además se ha formado en el campo de la Inteligencia Humana en la Facultad Superior de Educación de la Universidad de Harvard. El pasado viernes  8 de noviembre se subía al escenario del Teatro Circo Price para participar en el IV Congreso de Mentes Brillantes de El Ser Creativo.  
“Estoy aquí para que juntos reflexionemos sobre un mundo muy sutil”, comenzaba diciendo Mario.
En este sentido, puso dos metáforas que pueden ayudarnos a ser más felices.  
"No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo"
Las personas tenemos tres capas que debemos explorar si queremos alcanzar la felicidad. Es importante ser conscientes de su existencia para viajar a través de ellas.
La apariencia
Ésta es la primera capa. Con ella ocultamos miedos, desconfianzas, torpezas. Pero “se cuela la sombra”, entendiendo por sombra todo aquello que el ser humano no quiere mostrar de sí mismo.
Para controlar esa sombra hay que entrar poco a poco en la meditación profunda y el silencio. Alejarnos del diálogo incesante que tenemos. Así llegaremos a la siguiente capa: el núcleo. 
El núcleo
En esta capa está la sombra: aquello que tememos que salga a la luz “porque creemos que no seremos aceptados si lo mostramos”.
La primera experiencia con la meditación profunda es contactar con esa sombra. Una vez que la controlemos, podremos llegar a lo más profundo de nuestro ser, que es la tercera capa. 
El Ser
Vivimos tan en contacto con la sombra que no nos damos cuenta de que si encendemos nuestra propia antorcha interior tenemos un tesoro de incalculable valor en nuestro ser.
El camino para llegar al ser no es corto ni rápido. Lo importante es recordar la frase de Juan Ramón Jiménez: “No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo”. 
Somos parte de un mismo mar 
Tenemos que querer a las personas no por el agradecimiento, sino porque nos importante realmente. 
Las olas del mar se reconocen entre sí, saben que están hechas de la misma agua. En el ser humano, aunque debería ser así, no ocurre lo mismo, porque entra en juego el ego: la creencia en la separación. Si los seres humanos reconocieran que son una unidad podrían dejar a un lado su ego y alcanzar la felicidad de una manera plena. 
El inconveniente, según Mario, es que el ego se origina desde muy niños: “al sentirnos aislados o indefensos, guardamos el recuerdo de ese sentimiento en nuestro cerebro. Concretamente en los núcleos amigdalinos. Cualquier experiencia que vivamos de adultos que incremente esas sensaciones avivará el recuerdo y disparará un mecanismo de autodefensa que no podremos controlar.  
Así saltan las alarmas y sale la bestia que habita en nosotros. Incluso aparece la violencia. Y lo peor de todo es que cuando se activan estos mecanismos en el cerebro, se desconectan los de la inteligencia. Es decir, nos volvemos un poco más tontos.

Superar esto no es fácil.
En este sentido, Mario Alonso Puig sugiere seguir siete pasos budistas para encaminar nuestra vida hacia el respeto a los demás. 
Wayne Dyer los explica muy bien en El poder de la intención:
1. NO TE SIENTAS OFENDIDO
Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte.
Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres.
Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra. 
2. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú. Tú no eres tus victorias. 
3. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN
Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: "No soy tu esclavo".
Pregúntate: "¿Quiero ser feliz o tener la razón?". 
4. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento. 
5. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS
Por mucho que logres y adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente.
Como dijo San Francisco de Asís: "...es en dar cuando recibimos". 
6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS
Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo, es cuando abandonas la paz. 
7. LIBÉRATE DE TU FAMA
La fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella.
Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas te habrás desconectado de la verdadera intención.

martes, 12 de noviembre de 2013

La respiración en el Yoga

Los adultos utilizamos por lo general una tercera parte de nuestra capacidad pulmonar. Sin embargo, la cienca yóguica le da mucha importancia a la respiración: no sólo es nuestra fuente de energía vital, principio básico del pranayama sino que también facilita la limpieza del organismo, nos llena de vitalidad, oxigena los órganos y facilita la relajación de la mente y del cuerpo. Con la edad empezamos a utilizar sólo la parte alta de los pulmones, expendiendo el pecho y elevando los hombros, pero nos olvidamos de la parte media y baja de nuestro cuerpo, a donde también podemos expandir nuestra capacidad pulmonar.
Para mejorar la respiración, acuéstate boca arriba, y con las manos sobre tu vientre, siente cómo puedes inhalar profundamente haciendo que se expanda, como lo vemos en los niños recién nacidos que inflan su barriguita al respirar. Cuando haces esto, estás llenando de oxígeno también la parte baja de tus pulmones, podrás respirar más eficientemente y si lo haces con regularidad podrás volver esta tu respiración natural. La respiración yóguica comprende la parte alta, media y baja de tus pulmones; para practicarla, puedes poner una mano sobre tu abdomen y otra bajo tus costillas, y sentir cómo alcanzas todos estos niveles, expandiendo tus pulmones comenzando desde abajo, y viendo cómo se eleva tu ombligo y luego cómo exhalas también larga y profundamente, llevando tu ombligo hacia dentro.
 EXPERIMENTO RESPIRATORIO .
 En la última clase de yoga realizamos esta experiencia que si queréis podéis probar.
Sientate con la espalda recta pero relajada, puede ser en posición de meditación. Sigue con tu respiración normal, pero cuenta cuantas inspiraciones/ expiraciones  haces en un minuto.

Ahora toma una pajita como la de tomar los refrescos y ponla sobre tus labios sin soltarla de la mano.
Inspira profundamente por la nariz y expira por la pajita todo el aire. Repite durante 3 minutos procurando al inspirar por la nariz, tapar el extremo de la pajita con la lengua, o con el dedo para evitar que introduzcamos el aire a través de ella.

Dejamos la pajita a un lado y hacemos el ejercicio del inicio durante un minuto contando las respiraciones ( inspirar/expirar ) .  Cuéntame  ¿ Qué ha sucedido ?

Este ejercicio se puede realizar a diario, lo que favorece la capacidad y profundidad de la respiracion, disminuyendo su frecuencia o cuando suframos alguna situación de estrés lo que calmará nuestra mente al disminuir la frecuencia respiratoria y cardiaca.

Dos excelentes videos para practicar la respiración Yóguica .





viernes, 8 de noviembre de 2013

Cuento: La bomba de agua.

Cuentan que un hombre estaba perdido en el desierto, a punto de morir de sed.

Él llegó a una casita vieja -una cabaña que se desmoronaba- sin ventanas, sin techo, golpeada por el tiempo.

El hombre deambuló por allí y encontró una pequeña sombra donde se acomodó, huyendo del calor del sol desértico.
Mirando alrededor, vio una bomba a algunos metros de distancia, muy vieja y oxidada.

Se arrastró hasta allí, agarró la manija, y empezó a bombear sin parar.

Nada ocurrió. Desanimado, cayó postrado hacia atrás y notó que al lado de la bomba había una botella. La miró, la limpió, removiendo la suciedad y el polvo, y leyó el siguiente mensaje:

Primero necesitas preparar la bomba con toda el agua de esta botella, mi amigo
PD.: Haz el favor de llenar la botella otra vez antes de partir.
El hombre arrancó la rosca de la botella y, de hecho, tenía agua.

¡La botella estaba casi llena de agua! De repente, él se vio en un dilema:

Si bebía el agua podría sobrevivir, pero si volcase el agua en la vieja bomba oxidada, quizá obtuviera agua fresca, bien fría, allí en el fondo del pozo, todo el agua que quisiera y podría llenar la botella para la próxima persona; pero quizá eso no salga bien.
¿Qué debería hacer? ¿Volcar el agua en la vieja bomba y esperar el agua fresca y fría o beber el agua vieja y salvar su vida?
¿Debería perder todo el agua que tenía en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables, escritas no se sabía cuando?
Con temor, el hombre volcó todo el agua en la bomba. Enseguida, agarró la manija y empezó a bombear; y la bomba empezó a chillar. ¡Y nada ocurrió! Y la bomba chilló y chilló.

Entonces surgió un hilito de agua; después un pequeño flujo, ¡y finalmente el agua salió con abundancia! La bomba vieja y oxidada hizo salir mucha, pero mucha agua fresca y cristalina. Él llenó la botella y
bebió de ella hasta hartarse. La llenó otra vez para el próximo que por allí podría pasar, la enroscó y agregó una pequeña nota al billete preso en ella: ¡Créeme, funciona! ¡Necesitas dar todo el agua antes de poder obtenerla otra vez!

El viajero aprendió de esta manera que el secreto de la vida es Dar. Si te arriesgas a dar sin medida, sin duda el Universo hará que recibas lo que has dado, multiplicado.

martes, 5 de noviembre de 2013

La ciencia también dice que la paz se logra desde el corazón.

Gregg Braden es un conocido y reconocido científico, que lleva años realizando estudios e investigaciones para unir ciencia y espiritualidad. Actualmente está considerado como una autoridad mundial en temas de filosofía espiritual de las tradiciones indígenas antiguas. Tiene profundos conocimientos en antiguas culturas como la egipcia, esenia, nativas americanas y tibetanas. Ha realizado viajes a lejanos pueblos de montaña, monasterios y templos, estudiando las antiguas tradiciones y secretos…
Para Gregg, no hay diferencia entre la ciencia y la espiritualidad, y su mensaje es difundir el nexo que une a ambos ‘mundos’.
En el documental “La ciencia de los milagros”, Gregg Branden habla sobre cómo los pensamientos, sentimientos y emociones crean nuestra realidad. Ofrece numerosas pruebas científicas que avalan el hecho de que la intención se manifiesta en el mundo material. En dicho documental, también se habla de un experimento llamado “Proyecto Internacional de Paz en Medio Oriente”.
Durante la guerra entre Israel y el Líbano a principio de los 80s, se entrenó a personas para que tuvieran sentimientos de paz en diferentes localidades de Israel y el Líbano.
Durante el tiempo que los investigadores llaman “La Ventana”… “La Ventana de la Plegaria”… y mientras esas personas evocaban ése sentimiento de Paz en sus CORAZONES, las actividades terroristas bajaron a cero, los crímenes contra otras personas bajaban, la actividad en hospitales bajaba.
“Existen otros experimentos parecidos a éste, que demuestran que las vibraciones que emite un grupo de personas a la vez -sean éstas del tipo que sean- afectan a su entorno cercano. Y si el número de personas es elevado, podría afectar a nivel planetario.
Digamos que si un gran número de personas comienza a emitir emociones como PAZ, ALEGRÍA y AMOR, a la vez, éstos sentimientos afectarían a toda la población de la tierra, creando así un cambio en todo el planeta.
Gregg incluso ideó una fórmula empírica para conocer el número aproximado de personas necesarias; el efecto se comienza a notar cuando un cierto número de gente participa, y ésa mínima cantidad de personas, es la raíz cuadrada del 1% del total de la comunidad que se quiere cambiar.



¿Qué Significa Ésto?

De acuerdo a éstos estudios, 8.000 personas son las que se requiere “que sientan simultáneamente éste sentimiento de PAZ en sus CORAZONES”, para generar o disparar, ese movimiento de la conciencia simultánea, con éste campo como lo conocemos hoy en día. 
¡Para que así, a través de éste campo, la PAZ se sienta en todo el mundo!…

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Gregg Braden , Geólogo jefe de Philips Petroleum, ingeniero y diseñador de sistemas aeroespaciales, es un científico conocido por unir el mundo de la espiritualidad con el de la Ciencia.
En el siguiente documental habla sobre la teoría que desarrolla el concepto de la Conciencia Universal como la energía de la cual está compuesto y subyace a todo el universo, tambien llamada Campo Holografico o Campo Cuantico. Y como los seres humanos creamos nuestra realidad a traves de este campo o red de información y luz.
Los textos espirituales más antiguos sugieren que todo nuestro mundo está conectado en formas que recién comenzamos a entender. Este campo de energía es de hecho definido por científicos occidentales como una red, que crea lo que llamamos la tela subyacente a toda la creación. Este campo de energía ha estado aquí desde el comienzo. Es un campo inteligente que responde a las emociones humanas...