domingo, 5 de octubre de 2014

Postura de yoga: El árbol

La postura del árbol es un magnífico ejemplo de cómo lo que hacemos a través de nuestro cuerpo se refleja en nuestra vida. Por eso, la práctica de yoga es simbólica. Las cualidades físicas que se desarrollan con esta postura, es decir el equilibrio y la fortaleza, nos dan las mismas cualidades en nuestra mente y en nuestro cuerpo. De hecho, no es posible lograr sostener esta postura si no hay silencio interior y concentración.
De la misma manera, la práctica nos ayuda a estar cada vez más serenos, más enfocados, más fuertes interiormente y flexibles a la vez. La postura del árbol nos da la firmeza, seguridad y equilibrio del contacto con la tierra, es decir del primer chakra. Cuando nos afianzamos tenemos una mayor conexión con la realidad física: estamos “con los pies sobre la tierra”. Cuando nos estiramos hacia el cielo tenemos mayor capacidad de expansión. Los beneficios del yoga son tan espirituales como físicos y mentales. 
Beneficios físicos: abre las caderas y el pecho, fortalece muslos, pantorrillas y tobillos, mejora el equilibrio, mejora la postura, estira la parte interior de los muslos y los hombros, ayuda en el tratamiento del dolor de espalda baja, promueve la coordinación
Beneficios mentales/ espirituales: equilibrio emocional, concentración, sosiego, mente clara y serena, conciencia de nuestro cuerpo, conexión con la realidad material.
Cómo se hace:
  1. Comienza en la postura de la montaña. Párate con los pies paralelos, un poco separados uno del otro (hasta el ancho de tus caderas) para que tengas estabilidad. Sé consciente del contacto de tu pie con la tierra.
  2. Mira hacia el frente, con la quijada paralela al piso y los brazos a cada lado del cuerpo, tranquilamente relajados pero con conciencia plena y sin crear tensión. Relaja los hombros y el cuello.
  3. Pon atención a tu postura: tu columna debe estar recta y tu espalda erguida. La pelvis está en posición neutra. Siente cómo te conectas firmemente con la tierra que te da soporte y al mismo tiempo “creces” desde y tu columna se estira hacia el cielo.
  4. Junta tus manos frente a tu pecho en Anjali mudra, manteniendo los hombros relajados.
  5. Lleva la mirada a un punto fijo a la altura de tus ojos. Eso te ayudará a mantener el equilibrio.
  6. Lleva todo el peso de tu cuerpo a la pierna derecha. Plántate muy bien en los dedos y la parte frontal del pie. Siente cómo estás perfectamente estable, como el tronco el un árbol cuyas raíces están enterradas varios metros bajo la tierra.
  7. Con la atención en el balance, levanta del piso el pie izquierdo y lleva la planta a la parte interna de tu muslo izquierdo, los dedos de tus pies apuntando hacia el suelo. Si te es más cómodo, apóyala en tu pantorrilla; lo importante es que sea por encima o por debajo de la rodilla, pero nunca sobre ésta. Si tu pie se resbala y tienes la suficiente flexibilidad, puedes apoyar tu tobillo izquierdo sobre tu muslo derecho.
  8. Pon atención a la alineación: mantén la rodilla girada hacia fuera y la cadera cuadrada hacia el frente. No debes estar tenso. Debes estar fuerte pero flexible para mover la parte superior de tu cuerpo.
  9. Eleva los brazos hacia el cielo, manteniendo las palmas juntas y la concentración.
  10. Mantén durante treinta segundos. Siente cómo estás firme y estable, conectado con la tierra, con la pierna que ejerce el soporte activa, la espalda recta y el resto del cuerpo relajado.
  11. Para salir de la postura, hazlo de manera controlada: lentamente, regresa el pie izquierdo al suelo, baja nuevamente los brazos, las manos a la altura del pecho y regresa a la postura de la montaña. Repite con la pierna contraria.
Consejos:
-Esta postura exige armonía y concentración. El equilibrio interior y la solidez se reflejan en nuestro cuerpo en la postura del árbol.
-Siente cómo a medida que tienes más solidez gracias a tu pie derecho y tu pierna derecha, te llenas de fuerza y también creces hacia el cielo.
-Sal al aire libre para inspirarte en los árboles que te rodean para tener equilibrio y firmeza para crecer muy arriba y te conecta con la tierra.
Variación:
-Para un reto adicional, cuando se sientas perfectamente equilibrado intenta cerrar los ojos.
-Cuando tengas los brazos elevados por encima de tu cabeza, puedes separarlos y dejarlos paralelos, estirando tu torso lo más que puedas, creciendo hacia el cielo.
Precauciones y contraindicaciones: insomnio, dolor de cabeza, presión arterial baja. Las personas con presión arterial alta no deben elevar los brazos.
fuente:
http://elyoga.about.com/od/Tecnicas/fl/Postura-del-aacuterbol-Vrksasana.htm

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