lunes, 2 de mayo de 2016

Mindfulness: Suaviza, calma, permite.

Continuando la entrada anterior en la que analizábamos el poder de la autocompasión para tratar con el dolor o las emociones difíciles aquí tenemos su aplicación practica mediante una meditación.

Suaviza, calma, permite,  es una meditación Mindfulness para tratar con el dolor o incomodidad físico o emocional.


1. Comenzar con la respiración y la bondad. Trata de encontrar una posición cómoda, cierra los ojos, y haz tres respiraciones profundas y relajantes. Coloca tu mano en tu corazón por unos momentos recordando que estás en una habitación, y también para atraer hacia ti mismo la sensación de bondad.

 2. Etiquetar la emoción. Ahora trata de recordar una situación moderadamente difícil que estés viviendo en este momento, quizás un problema de salud, estrés en una relación, o la situación de dolor que está viviendo un ser querido. Trata de no elegir un problema muy difícil, como tampoco un problema trivial, elige más bien un problema que genera estrés en tu cuerpo cuando piensas en eso. Trata de visualizar la situación claramente. ¿Quién estaba ahí? ¿Qué se dijo? ¿Qué pasó? Ahora fíjate si puedes etiquetar la emoción más fuerte que sientes, la emoción difícil asociada a esa situación: ¿ira?, ¿tristeza?, ¿dolor?, ¿confusión?, ¿miedo?, ¿anhelo?, ¿desesperación? Repíte el nombre de la emoción con una voz tierna y comprensiva, como si estuvieras validando lo que un amigo siente: "Eso es anhelo." "Eso es pena".

 3. Llevar la atención de la emoción al cuerpo.
Luego, expande y amplia la conciencia hacia tu cuerpo como un todo. Recuerda la situación difícil de nuevo y escanea tu cuerpo notando dónde sientes más fuerte esa emoción. Desde el ojo de tu mente, escanea tu cuerpo desde la cabeza hasta los pies, deteniéndote donde sientes un poco de tensión o incomodidad. Luego, elige un lugar de tu cuerpo donde el sentimiento se expresa con más fuerza, tal vez como un punto de tensión muscular o una sensación de dolor, como un dolor de corazón. Mentalmente, inclínate delicadamente hacia ese lugar.

4. Suaviza, Calma, y Permite.
Suaviza y ablanda ese lugar tu cuerpo. Deja que los músculos se relajen, sin la necesidad de que se vuelvan blandos, como cuando aplicas calor a los músculos que están doloridos. Puedes decirte silenciosamente, "blando... suave ... blando ...", para ir mejorando el proceso. Recuerda que no estás tratando de hacer que la sensación desaparezca, sino que estás presente en la sensación con conciencia amorosa. Si quieres, simplemente puedes ablandar los bordes de esa sensación. No es necesario que los ablandes del todo.

Cálmate también a ti mismo por esforzarte de esta manera. Pon tu mano sobre su corazón y siente tu cuerpo respirar. Tal vez surjan palabras afectuosas en tu mente como: "Bueno, tranquilo...Sí, estoy atravesando una experiencia difícil y dolorosa. Que yo pueda crecer en alivio y bienestar". Si lo deseas, también puedes dirigir la bondad a la parte de tu cuerpo que sientes estresada, colocando la mano en ese lugar. Muchas veces, es útil pensar en tu cuerpo como si fuera el cuerpo de un niño al que quieres mucho. Puedes decir palabras amables a ti mismo, o simplemente repetir, "calma ... calma ...calma."

Permite a la incomodidad estar ahí. Abandona el deseo de que la sensación desaparezca. Deja que la molestia vaya y venga a su antojo, como un huésped en su propia casa. Puedes repetirte, "permite... permite... permite". "Suaviza, calma, y permite". "Suaviza, calma, y permite". Puedes utilizar estas tres palabras como un mantra, recordándote inclinarte con ternura hacia tu sufrimiento. Si sientes mucho malestar con una emoción, vuelve a tu respiración hasta que te sientas mejor.

 5. Facilitando la salida...
Cuando estés listo, abre lentamente los ojos, dejando que la atención vuelva hacia tu entorno.

NOTA: Si, en cualquier momento, experimentas demasiado malestar, que se pueda convertir en pánico o en miedo, vuelve a tu respiración hasta que te sientas mejor. Si no logras sentirte mejor, abre los ojos, mira a tu alrededor para orientarte, busca algo que te resulte reconfortante o calmante (una pieza favorita de arte o la foto de un ser querido o una mascota). Quizás incluso quieras encontrarte con un amigo, para dar un paseo o tomar una taza de té. Cuídate a ti mismo, incluso si esto lleve a interrumpir este proceso, esto es mindfulness en acción.

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